Ads by Smowtion.

lunes, 2 de noviembre de 2009

EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS.

El pasado domingo estuvimos en el cementerio. No es, ni mucho menos, el lugar en el que prefiero sentirme cerca de vosotros. Me gusta infinitamente más el tiempo que pasamos juntos cada noche, antes de dormirme, y que empleo en contaros lo que nos ocurre a diario, pasar algunos días en vuestra casa de la Sierra, o ir a la de Madrid. En cualquiera de ellos, os noto mucho más cercanos y presentes en mi vida.

Hemos estado un buen rato haciendo lo de costumbre. Como no es el único día del año en el que nos acercamos allí, las tareas de limpieza no llevan demasiado tiempo ni tenemos que llevar tantos utensilios como otros que, al no acudir más que de año en año, necesitan realizar un trabajo bastante más arduo.

Y, también como siempre, todos hemos echado una mano. Tere ha recogido las flores que estaban ya secas, mientras los niños y yo, hemos preparado las nuevas. Iván ha ayudado a su madre a echar un poco de agua sobre la lápida, antes de proceder a liampiarla. Sandra y yo, mientras, preparábamos otras flores, las artificiales, cortando los tallos, para luego colocarlas en las macetas.

Como ya es costumbre, los dos querían hacerse cargo del agua y, por supuesto, de la colocación y reparto de las flores. Ya les he dicho que nos estaríais escuchando y que así comprobaríais que todo sigue igual. Y se han reído, porque saben que tengo razón. Son muy buenos chicos, pero siguen sin poder evitar esas peleas caseras, que no es que nos hagan demasiada gracia, pero que, al parecer, no pueden evitar.

Os quieren mucho. Todos os seguimos queriendo y echando de menos. Sin decirme nada, han buscado una piedra plana y redonda y, con un trozo de ladrillo a modo de lápiz, han escrito en ella el siguiente texto: " Os queemos mucho abuelos ". Luego, la han puesto sobre uno de los bordes superiores de la lápida.

También os hemos dejado un ramo de flores, de parte de los padres de Tere. Ellos tampoco os han olvidado. Tampoco lo han hecho otros familiares y amigos. Está visto que no sois fáciles de olvidar.

Como sé que a ti, papá, siempre que íbamos a alguna parte juntos, te encantaba convidarnos a comer o a cenar fuera de casa, y también estoy seguro de que lo habrías hecho de habernos acompañado, les he propuesto comer en un restaurante antes de volver a casa.

Tras la comida, y una vez en casita, los niños se han puesto a estudiar. Ambos tienen exámenes y no les queda otro remedio. Les hemos preguntado las lecciones y ayudado a corregir algunos ejercicios. Se lo saben todo “de p a pa”, así que no tendrán ningún problema cuando, esta semana, se examinen.

Hasta dentro de un par de horitas papás. Un beso muy fuerte.

HAZ CLICK AQUÍ.