Ads by Smowtion.

jueves, 23 de septiembre de 2010

BUENOS TARDES, PAPIS.

Bueno Papás, pues ahora sí que se terminaron, por completo, los días que, cada año, me cojo de vacaciones. Hemos estado, de nuevo, en vuestra casa de la Sierra y, como siempre, lo hemos pasado fenomenal y disfrutando de una tranquilidad absoluta. El tiempo nos ha acompañado y hemos podido disfrutar, casi todos los días, de la piscina.

Ya sabéis lo mucho que me gusta estar allí, rodeado de todas vuestras cosas. Y también, la rabia que me da cuando no queda más remedio que volver. Me encuentro muy bien allí, y aún más cerca si cabe de vosotros. Si a eso le añadimos el placer que para mí supone escuchar música durante horas, tranquilamente, leer, ponerme al micrófono con mi karaoke, ver una peli o disfrutar de un buen concierto, puedo aseguraros que pocas cosas más necesito. El fallo radica en el poco tiempo que, cada año, puedo dedicar a estas actividades.

Todas las noches, antes de acostarme, paso un rato en ese rinconcito que tanto te gustaba, Papá. Ése en el que tantas veces te sentaste, notando la brisa nocturna en tu cara. Se he convertido para mí en una muy agradable costumbre, y me encanta hacerlo. Parece como si realmente, tú estuvieras junto a mí. De hecho, sé que lo estás.

Nos trajeron el regalo que Tere y los niños, me hicieron en mi pasado cumpleaños. Una hermosa mesa de ping-pong. Menos mal que los empleados que vinieron, la montaron. Y encima, en un abrir y cerrar de ojos. En caso contrario, y teniendo en cuenta lo bien que se me da el montaje de todos esos aparatejos que en la actualidad se les antoja vender sin montar, hubiéramos regresado y todavía seguiría en la caja de embalaje o, lo que es peor, completamente desarmada en el patio.

El primer día ( y, por supuesto, todos y cada uno de los que estuvimos allí ), no tuve más remedio que jugar unas partiditas con los niños. Como son incansables, calculo que no serían menos de 30. Y a 21 puntos cada una. Menos mal que mi excelente preparación física me permite eso y más.

Como ven que Dios no me ha llamado por el camino del deporte, y les había comentado que, sin embargo, el ping-pong me parecía muy divertido, pues decidieron regalarme la mesa, para que así me moviera un poco. Y lo consiguieron. Ya está plegada y, aunque es de exterior, la hemos guardado en el garaje.

Algunos días, esas intensas partidas fueron suspendidas por decisión mía. Ya conocéis a vuestros nietos. Tienen muchas virtudes. Pero, claro está, también defectos. El principal, se pone de manifiesto cada vez que ambos participan en un mismo juego. Entre que Sandra le provoca un poco, y que Iván tiene bastante mal perder, se producen unas trifulcas que siempre consiguen que tenga que dar por terminado el juego de turno. En fin, nadie es perfecto.

Sin embargo, debo decir que tenéis sobradas razones para seguir estando orgullosos de ellos. Sandra ya está como una loca, preparando los temas que le explicarán en el Instituto. Es puro nervio. En cuanto llega a casa, lo primero que hace es ponerse a repasar sus apuntes, y a hacerse sus ya acostumbrados resúmenes diarios.

Iván, como ya hiciera el año pasado, también se pone por su cuenta y sin que le tengamos que decir nada, a hacer los deberes, aunque, eso sí, termina en un santiamén. Aunque es probable que haya que estar pendientes de él y preguntándole alguna lección que otra, creo que va, como Sandra, por buen camino en sus estudios. Espero y deseo que nada cambie, y sigan igual que hasta ahora.

Lo que cada vez llevo peor es lo rápida que pasa la vida, y, en concreto, en lo que respecta a vuestros nietos, lo deprisa que están creciendo y haciéndose ambos tan mayores. Sandra ya tiene 15 años, e Iván acaba de cumplir los 13. Parece que fuera ayer cuando aún los llevábamos de la mano a todas partes. Ella está ya hecha toda una mujercita. Es responsable a más no poder, pero, por suerte, y al mismo tiempo, aún conserva ese espíritu de niña, que la hace querer jugar conmigo y gastarnos bromas mutuamente, incluidas esas peleillas que tanto nos gustan a ambos. Espero que permanezca aún mucho tiempo así, pero sé que no durará siempre. ¿ O sí ?. El tiempo lo dirá.

No lo puedo remediar. Extraño mucho no ver a esas personitas que se arrojaban en mis brazos, cada dos por tres, cuando aún no levantaban medio metro del suelo. Ahora lo siguen haciendo, pero ya se va haciendo difícil mantenerlos encima sin que me tiemblen ambas piernas. En cambio, me alegra tener el absoluto convencimiento de que seguiré conservando, de una u otra manera, a mi hijos de siempre, y esa relación tan estrecha y personal que nos une. Sé que no perderé a estos chicos que tanto me quieren y a la que yo adoro de todo corazón, aunque no pase un día sin que les tenga que llamar la atención.

A Iván, todavía me queda más tiempo para disfrutarle como niño, pero pasará demasiado rápido. También soy consciente de ello y tendré que asumirlo.

Pero bueno, hay que disfrutar del presente. Y ahora mismo, seguimos viendo juntos las mismas pelis y series ( ahora estamos viendo una que se llama " The Gates ". Aún no está en castellano y la vemos en versión orginal con subtítulos. Está muy, pero que muy bien. Sólo nos quedan un par de capítulos ), pasando horas jugando a los juegos que a todos nos gustan ( cartas, juegos de mesa, ... ), y, salvo los momentos que dedican a estudiar, seguimos disfrutando juntos nuestros ratos de ocio. Eso sí, sin que falte alguna riña por lo ya expuesto con anterioridad.

La mala suerte hizo que os fuerais demasiado pronto. Pero os puedo asegurar que habéis vivido con vuestros nietos una de las etapas más bonitas de su vida. Han sido, y son, unos niños maravillosos y muy cariñosos. Os siguen queriendo y recordando mucho. Pero eso ya lo sabéis también. Sus queridos Yoyos Juan y Mari, siempre estarán a su lado.

Teniendo en cuenta como está el patio, hay que dar gracias, todos los días, por tener unos hijos así. Es cierto que, principalmente por lo que os he contado antes, nos enfadamos con ellos y no tenemos más remedio que regañarles.

Pero no quiero ni imaginar nuestra reacción, si nos enfrentásemos a esos problemas a los que tienen que hacer frente un buen montón de padres, debido a los indeseables comportamientos de sus hijos y a las violentas situaciones que diariamente viven con ellos. Claro que, en la mayoría de los casos, esos problemas los han originado precisamente esos inconscientes e irresponsables padres, por haber descuidado por completo a sus retoños.

Muchos, al objeto de disfrutar ellos mismos de más tiempo libre, les han dejado a su libre albedrío ( y estoy hablando de niños y niñas que no superan los 13 o 14 años de edad ), han preferido llenarles de regalos, cacharritos, y banalidades varias, para sustituir su ausencia y falta de cariño hacia ellos ( algo que es, a todas luces, resulta insustiuible y absolutamente necesario ), no se han preocupado de sus inquietudes ni hablado con ellos, no se han sentado a, cuando menos, intentar ayudarles con sus estudios, se han despreocupado durante todo el año escolar de la marcha de sus estudios, limitándose a llevarse las manos a la cabeza cuando han llegado en Julio con buen montón de ceros patateros, y, claro, luego, todo esos factores han llevado a una falta de comunicación casi total y a que la resolución de sus problemas resulte ya casi imposible. Lo que utilizando otros términos se conoce como “ dejación de funciones “.

Los demás que hagan lo que quieran. Son muy libres de hacerlo y de seguir considerando a sus hijos, no como tales, sino como colegas o amigos a los que hay que dejar ir y venir a su antojo. Es una postura muy moderna y progre. Me da igual.

Nosotros, equivocados, aunque lo que observamos a nuestro alrededor nos otorga claramente la razón, o no, seguiremos como hasta ahora. Continuaremos sacrificándonos, aún a costa de permanecer casi todo el año sin poder salir a ninguna parte ( es más, hasta nos resulta muy difícil ver una película entera ), ayudándoles en todo lo que podamos, y compartiendo todo, absolutamente todo, con ellos. De momento, viendo sus resultados y comportamiento en general, estamos teniendo una recompensa que no cambiaría ni por todo el oro del mundo. Y cuando me entero de esas determinadas cosillas que suceden en otros hogares y que terminan por amargar la existencia a familias enteras, aún me alegro mucho más.

Queda algo que, como ya he dicho antes, hay que intentar corregir. Esas peleas entre ambos cuando están en casa. Fuera se transforman, y nuestros amigos no nos creen cuando les contamos lo difícil que es lograr que jueguen a algo sin pelearse. Es normal, su comportamiento cuando salimos, sea a donde sea, es inmejorable. Pero en casa, ..., en casa cuando se juntan, ¡¡¡ es la guerra !!!. Y las guerras ya sabemos todos que buenas no son. Espero que se solucione lo antes posible.

Bien es cierto que pasan la mayor parte del día juntos. Que son hombre y mujer, y que hay una pequeña diferencia de edad entre ambos. Quizá todo eso influya. No lo sé. No tengo experiencia, para bien o para mal, en lo de tener hermanos. Lo que no entiendo es que, tras una de esas regulares y diarias batallitas, y cuando no han pasado ni dos minutos, estén de nuevo llamándose para jugar o hacer alguna actividad juntos. Será así, pero no lo termino de comprender.

Un beso muy fuerte Papis, y hasta esta noche.

HAZ CLICK AQUÍ.