Pues sí, Papis. Dieciséis añitos ya. Parece mentira. Como ya he dicho muchas veces, el tiempo no pasa, más bien vuela.
Y, sin embargo, sigo con la sensación de que no hace ni una semana que aún podía llamaros por teléfono, que aún podíamos acercarnos el fin de semana a comer con vosotros. Aún me parece que hace sólo días, que hemos estado en vuestra casa de la Sierra. No lo puedo evitar. No me hago a la idea de que hayan pasado años desde la última vez que os tuve frente a frente. De hecho, os recuerdo como si aún os tuviera aquí.
Pues eso. Que vuestra querida nieta se sigue haciendo mayor. Y, al menos de momento, va madurando adecuadamente, aunque, en ciertos aspectos, y como es lógico, a pesar de que la sociedad actual camine, en ése, y en otros muchos aspectos, en un sentido bastante diferente, sigue siendo una niña. Y, sin embargo, os puedo asegurar que es mucho más madura que otras que, al parecer, tienen demasiada prisa en comportarse como adultas sin serlo. Ya tendrá tiempo, ¿¿¿ a que sí ???.
Este fin de semana tiene que competir en la final de Badminton. ¡¡¡ Da gusto verla jugar !!!. No ha salido a mí, no, jajaja. Lucha cada punto como si fuese el último. Se esfuerza al máximo. Y es con todo igual.
Con sus clases de piano y música, y, por supuesto, en el Instituto. ¡¡¡ Qué os voy a decir que no sepáis !!!. Estoy convencido de que estáis siempre muy cerca de ambos, de todos nosotros, cuidándonos, y pendientes de ellos para que no les ocurra nada malo.
Es completamente distinta a Iván en ese aspecto. Él es más conformista. No le preocupa sacar notas altas. Saca bastantes, pero si le ponen un 6, pues tan tranquilo. Tiene mucha más memoria que ella, y, de momento, obtiene buenos resultados, sin demasiado esfuerzo. Tarde o temprano, le pasará lo que ya me ocurrió a mí, porque los cursos son cada vez más difíciles, y hay que estudiar mucho más. En ese momento, espero que sepa reaccionar y esforzarse como su hermana. Seguro que sí.
Sandra no. Sandra no se conforma con un 6. Para nada. Eso sí. Su trabajo le cuesta. Se pasa las horas muertas estudiando. Desde que llega a casa, y casi hasta que se acuesta. Y si termina con sus deberes, se pone a adelantar trabajos y lecciones que aún no han explicado, haciéndose esquemas y resúmenes de todo. Es super trabajadora. Y claro, ese esfuerzo, da sus frutos. ¡¡¡ Y menudos frutos !!!.
Le han dado hace poco un informe, en el que aparece la puntuación media que lleva acumulada hasta el momento, de cara a su inminente paso al Bachillerato. ¿¿¿ Sabéis de que media estoy hablando, no???????.
¡¡¡¡ PUES DE UN 9,18 !!!!!!!!!!!!!. Nada más y nada menos. No hay que saber mucho de matemáticas, para deducir de qué notas estamos hablando, a la hora de conseguir esa media tan alta. Pues claro, dieces, nueves, nueves, y más dieces y dieces. Ha sacado ya un montón de Matrículas de Honor en varios cursos. Hoy mismo, le han dado la nota del último examen de matemáticas ( y ella escogió las difíciles ). Otro 10 más.
Pero claro, no todo puede ser bueno. Las trifulcas entre ambos continúan. Se ponen a jugar, y no pasan cinco minutos sin que ya estén discutiendo. Digo que yo que algún día, llegará a reinar la paz entre ambos, porque también hay que decir que, pasados otros cinco minutos, están abrazados viendo la tele. Rencor, lo que se dice rencor, no se guardan.
Lo peor es que no estéis aquí para disfrutar de ellos. Sé que, de alguna forma, lo estáis, como he dicho antes. Pero no es lo mismo. Me da una rabia tremenda que no podáis sentaros a su lado, y abrazarlos como antes.
En fin, ya debería haberme hecho a la idea. Pero no, no me acostumbro. Lo cierto es que no quiero hacerlo.
Ellos os siguen recordando con muchísimo cariño. Guardan fotos y recuerdos vuestros, de sus Yoyos Juan y Mari, en sus habitaciones. Todos nos acordamos.
Un beso muy fuerte, Papis. Hasta dentro de un rato, como siempre.
Y, sin embargo, sigo con la sensación de que no hace ni una semana que aún podía llamaros por teléfono, que aún podíamos acercarnos el fin de semana a comer con vosotros. Aún me parece que hace sólo días, que hemos estado en vuestra casa de la Sierra. No lo puedo evitar. No me hago a la idea de que hayan pasado años desde la última vez que os tuve frente a frente. De hecho, os recuerdo como si aún os tuviera aquí.
Pues eso. Que vuestra querida nieta se sigue haciendo mayor. Y, al menos de momento, va madurando adecuadamente, aunque, en ciertos aspectos, y como es lógico, a pesar de que la sociedad actual camine, en ése, y en otros muchos aspectos, en un sentido bastante diferente, sigue siendo una niña. Y, sin embargo, os puedo asegurar que es mucho más madura que otras que, al parecer, tienen demasiada prisa en comportarse como adultas sin serlo. Ya tendrá tiempo, ¿¿¿ a que sí ???.
Este fin de semana tiene que competir en la final de Badminton. ¡¡¡ Da gusto verla jugar !!!. No ha salido a mí, no, jajaja. Lucha cada punto como si fuese el último. Se esfuerza al máximo. Y es con todo igual.
Con sus clases de piano y música, y, por supuesto, en el Instituto. ¡¡¡ Qué os voy a decir que no sepáis !!!. Estoy convencido de que estáis siempre muy cerca de ambos, de todos nosotros, cuidándonos, y pendientes de ellos para que no les ocurra nada malo.
Es completamente distinta a Iván en ese aspecto. Él es más conformista. No le preocupa sacar notas altas. Saca bastantes, pero si le ponen un 6, pues tan tranquilo. Tiene mucha más memoria que ella, y, de momento, obtiene buenos resultados, sin demasiado esfuerzo. Tarde o temprano, le pasará lo que ya me ocurrió a mí, porque los cursos son cada vez más difíciles, y hay que estudiar mucho más. En ese momento, espero que sepa reaccionar y esforzarse como su hermana. Seguro que sí.
Sandra no. Sandra no se conforma con un 6. Para nada. Eso sí. Su trabajo le cuesta. Se pasa las horas muertas estudiando. Desde que llega a casa, y casi hasta que se acuesta. Y si termina con sus deberes, se pone a adelantar trabajos y lecciones que aún no han explicado, haciéndose esquemas y resúmenes de todo. Es super trabajadora. Y claro, ese esfuerzo, da sus frutos. ¡¡¡ Y menudos frutos !!!.
Le han dado hace poco un informe, en el que aparece la puntuación media que lleva acumulada hasta el momento, de cara a su inminente paso al Bachillerato. ¿¿¿ Sabéis de que media estoy hablando, no???????.
¡¡¡¡ PUES DE UN 9,18 !!!!!!!!!!!!!. Nada más y nada menos. No hay que saber mucho de matemáticas, para deducir de qué notas estamos hablando, a la hora de conseguir esa media tan alta. Pues claro, dieces, nueves, nueves, y más dieces y dieces. Ha sacado ya un montón de Matrículas de Honor en varios cursos. Hoy mismo, le han dado la nota del último examen de matemáticas ( y ella escogió las difíciles ). Otro 10 más.
Pero claro, no todo puede ser bueno. Las trifulcas entre ambos continúan. Se ponen a jugar, y no pasan cinco minutos sin que ya estén discutiendo. Digo que yo que algún día, llegará a reinar la paz entre ambos, porque también hay que decir que, pasados otros cinco minutos, están abrazados viendo la tele. Rencor, lo que se dice rencor, no se guardan.
Lo peor es que no estéis aquí para disfrutar de ellos. Sé que, de alguna forma, lo estáis, como he dicho antes. Pero no es lo mismo. Me da una rabia tremenda que no podáis sentaros a su lado, y abrazarlos como antes.
En fin, ya debería haberme hecho a la idea. Pero no, no me acostumbro. Lo cierto es que no quiero hacerlo.
Ellos os siguen recordando con muchísimo cariño. Guardan fotos y recuerdos vuestros, de sus Yoyos Juan y Mari, en sus habitaciones. Todos nos acordamos.
Un beso muy fuerte, Papis. Hasta dentro de un rato, como siempre.
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