Eres un marido cariñoso, atento,
maravilloso. Un hijo que amas profundamente a tus padres y al resto de
tu familia, aunque algunos miembros de esa familia, no supieran
corrresponderte como merecías. Aún así, nunca dejaste de quererlos.
Ningún abuelo en el mundo podrá transmitir tanto amor y veneración,
como tú transmitiste a tus nietos, Sandra e Iván, dutrante el tiempo que
estuviste a su lado. Los que lo vivieron, saben que esto es tal y como
lo cuento.
Y,
por supuesto, no hay padre que haya querido tanto a su hijo, ni hijo
que haya recibido más cariño que yo de ti, papá. Toda tu vida fue eso,
entregarte y dedicarte a querer y a cuidarnos a todos. Estoy convencido,
y por eso hablaba en presente al comenzar a escribir, que aún sigues
dedicando tu tiempo, estés donde estés, a ello. Y quiero que sepas, pues
eso, que lo sé, que te sigo notando a mi lado aunque no pueda verte.
Por
eso quiero felicitarte, hoy, y todos los días de mi vida, por ser la
excelente persona que siempre has sido, eres y serás. Por darnos todo tu
cariño, cuidarnos, por esa calidad humana, humildad y honestidad que te
caracterizaban, que te diferenció siempre, y que hizo que te quisiera
tanto, aunque no lo dijera con demasiada frecuencia. Pero tú sabías lo
mucho que te admiraba y te quería.
Muchas
felicidades, papá. Mereces ser felicitado todos y cada uno de los días
del año. Un beso para ti, y da otro muy fuerte a mamá.
Os quiero mucho. Hasta dentro de un ratito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario