Estamos pasando estos días en vuestro chalet de la Sierra. Escribo desde el portátil, pero no podía dejar de felicitarte en este día, como hice con papá el 19 de marzo pasado. Ya sé que son fiestas más comerciales que otra cosa, pero da igual.
Como hice en aquella ocasión, quiero aprovechar para darte las gracias por todo lo que hiciste por mí, a lo largo de tantos y tantos años.
Me cuidaste cuando estuve enfermo. Pasaste innumerables horas ayudándome con los estudios, con los trabajos que me mandaban en el Colegio. ¿ Te acuerdas lo que hacíamos por las mañanas cuando tenía algún examen ?. Seguro que sí. Dábamos un último repaso y me preguntabas los temas que entraban ese día. Mientras me ponías en la mesa el desayuno, no faltaban esas preguntas, ¿ a que sí ?. ¡¡¡ Y qué buenos resultados obteníamos !!!.
Mención aparte merece el esfuerzo sobrehumano que os supuso mi enfermedad, la operación que me hicieron, los meses de convalecencia y las revisiones a las que tuve que acudir en los años posteriores. Todo empezó justo al cumplir los cinco años ( ya lo expliqué en el post del Día del Padre ). ¡¡¡ Qué mal lo pasásteis !!!. Pero nunca os disteis por vencidos y, por supuesto, lograsteis que saliera adelante.
Me habéis dado todo el cariño del mundo. Habéis cubierto, a base de cariño y dedicación, hasta la más mínima de mis necesidades. Siempre os he tenido cerca. Y, por eso mismo, os sigo llevando conmigo allá donde voy. Os tengo muy presentes y casi todo lo que me rodea, me recuerda lo mucho que os quiero y os necesito.
Ahora mismo, estoy escribiendo en la mesa del salón, la de siempre. Ayer estuve cortando la hierba de la parcela con la misma máquina que utilizaba papá. Usamos vuestros platos, vasos, cubertería, …. Paso mucho tiempo en el garaje, ése que papá llenó con toda clase de herramientas y útiles, y que tanto le gustaba emplear en sus trabajos de bricolaje. Ahí siguen esos carburos antiguos que pintó, esos rodamientos que convirtió en, cuando menos curiosas, lámparas decorativas, el radioassette de 8 pistas con todas y cada una de las cintas musicales, baterías, cargadores, lámparas, taladradoras, cables, destornilladores, llaves inglesas, …., y un buen montón de cajas llenas con un poco de todo.
Levanto la vista y contemplo vuestras fotos y retratos ( en cuanto saque algo de tiempo, escanearé algunas y las pondré aquí ), vuestros muebles, el reloj de pared del abuelo Manuel, ése que tanto me gusta. Los niños ya están dormidos, en vuestra cama. Hace un rato, me decía Iván que quería dormir allí. Ya lo han hecho en varias ocasiones. Su madre, se ha pegado un buen palizón limpiando la casa y el patio. Los productos de limpieza son nuevos, pero lo demás sigue siendo lo mismo que, hasta hace muy poco tiempo, utilizabas tú en esas labores.
Nos gusta mucho venir. Yo, como ya sabéis, rara es la noche que no aprovecho la ocasión, y me salgo fuera, a la esquina en la que os gustaba tanto sentaros, ya por la noche, sobre todo a ti, papi, y tomar el fresco un rato, al lado de los olivos. Hasta me parece veros aún en las sillas. Acabo de estar sentado en una de ellas, hace un momento.
En fin, gracias a los dos, y hoy, muy especialmente a ti, mamá. Os sigo necesitando, así que no dejéis de cuidarnos.
Te quiero mucho mamá, a los dos, muchísimo. Un beso muy fuerte. Recibid todo nuestro cariño.
¡¡¡ FELIZ DÍA DE LA MADRE, MAMÁ !!!.
Como hice en aquella ocasión, quiero aprovechar para darte las gracias por todo lo que hiciste por mí, a lo largo de tantos y tantos años.
Me cuidaste cuando estuve enfermo. Pasaste innumerables horas ayudándome con los estudios, con los trabajos que me mandaban en el Colegio. ¿ Te acuerdas lo que hacíamos por las mañanas cuando tenía algún examen ?. Seguro que sí. Dábamos un último repaso y me preguntabas los temas que entraban ese día. Mientras me ponías en la mesa el desayuno, no faltaban esas preguntas, ¿ a que sí ?. ¡¡¡ Y qué buenos resultados obteníamos !!!.
Mención aparte merece el esfuerzo sobrehumano que os supuso mi enfermedad, la operación que me hicieron, los meses de convalecencia y las revisiones a las que tuve que acudir en los años posteriores. Todo empezó justo al cumplir los cinco años ( ya lo expliqué en el post del Día del Padre ). ¡¡¡ Qué mal lo pasásteis !!!. Pero nunca os disteis por vencidos y, por supuesto, lograsteis que saliera adelante.
Me habéis dado todo el cariño del mundo. Habéis cubierto, a base de cariño y dedicación, hasta la más mínima de mis necesidades. Siempre os he tenido cerca. Y, por eso mismo, os sigo llevando conmigo allá donde voy. Os tengo muy presentes y casi todo lo que me rodea, me recuerda lo mucho que os quiero y os necesito.
Ahora mismo, estoy escribiendo en la mesa del salón, la de siempre. Ayer estuve cortando la hierba de la parcela con la misma máquina que utilizaba papá. Usamos vuestros platos, vasos, cubertería, …. Paso mucho tiempo en el garaje, ése que papá llenó con toda clase de herramientas y útiles, y que tanto le gustaba emplear en sus trabajos de bricolaje. Ahí siguen esos carburos antiguos que pintó, esos rodamientos que convirtió en, cuando menos curiosas, lámparas decorativas, el radioassette de 8 pistas con todas y cada una de las cintas musicales, baterías, cargadores, lámparas, taladradoras, cables, destornilladores, llaves inglesas, …., y un buen montón de cajas llenas con un poco de todo.
Levanto la vista y contemplo vuestras fotos y retratos ( en cuanto saque algo de tiempo, escanearé algunas y las pondré aquí ), vuestros muebles, el reloj de pared del abuelo Manuel, ése que tanto me gusta. Los niños ya están dormidos, en vuestra cama. Hace un rato, me decía Iván que quería dormir allí. Ya lo han hecho en varias ocasiones. Su madre, se ha pegado un buen palizón limpiando la casa y el patio. Los productos de limpieza son nuevos, pero lo demás sigue siendo lo mismo que, hasta hace muy poco tiempo, utilizabas tú en esas labores.
Nos gusta mucho venir. Yo, como ya sabéis, rara es la noche que no aprovecho la ocasión, y me salgo fuera, a la esquina en la que os gustaba tanto sentaros, ya por la noche, sobre todo a ti, papi, y tomar el fresco un rato, al lado de los olivos. Hasta me parece veros aún en las sillas. Acabo de estar sentado en una de ellas, hace un momento.
En fin, gracias a los dos, y hoy, muy especialmente a ti, mamá. Os sigo necesitando, así que no dejéis de cuidarnos.
Te quiero mucho mamá, a los dos, muchísimo. Un beso muy fuerte. Recibid todo nuestro cariño.
¡¡¡ FELIZ DÍA DE LA MADRE, MAMÁ !!!.
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